Nace en Managua, Nicaragua. Su obra tiene una gran influencia de los sitios donde creció rodeada de una exhuberante naturaleza en una mágica tierra de lagos y volcanes. 

A principio de los años 70, con su familia, mueve su residencia a Costa Rica, donde conoce a los primeros maestros, que a la larga serán quienes impulsarán su carrera artística. El primer acercamiento con el arte, a través del Maestro Amighetti, sin duda representa una importante influencia como dijera en su texto el poeta nicaraguense Alvaro Ultrecho: 

"del cual hay una inconfundible huella en su trabajo, usted toma lo telúrico, así como lo abstracto, la búsqueda de la identidad de la tierra, así como la abstracción universal, no me extraña que con ese primer maestro usted haya marchado tan firme en toda su experiencia creadora".

En los años 80 se traslada a México, su llegada se considera como "un desencuentro consigo y con su tierra", en este país se relaciona con el arte a través de estudios en universidades y talleres, conoce al Maestro Enrique Rosquillas, quien le significa un aporte valiosísimo, hereda de él su gusto por la escultura y la cerámica y abre nuevos horizontes para su trabajo. Desde entonces ha desarrollado otra forma de abordar el oficio plástico incorporando nuevas técnicas de la mano de maestros de México, Japón, Italia, España y Estados Unidos.

Su obra se ha presentado en galerías, museos, e instituciones de gobierno en México, también en Ecuador, Austria, Argentina, Cuba, Marruecos, Eslovenia y Hungría, su trabajo artístico está lleno de "metáforas de una experiencia de vida".

Actualmente vive y trabaja en su propio estudio en la Ciudad de México donde continúa haciendo aportaciones inspiradas en todos aquellos que siguen dejando huella en su vida y en su obra.